Hoy mi objetivo es visitar Úbeda y Baeza, los 2 son patrimonio de la humanidad y están a solo 45 y 55 kilómetros de Villanueva, después de la larga jornada de ayer una etapa suave se agradece. Salgo para las 10, abrigado como de costumbre pero pronto me doy cuenta que me sobra ropa, ya estoy en el sur además de que estos días han subido las temperaturas. La carretera sube y baja como esperaba, los olivos siguen dominando el territorio y la tierra ahora es blanca, en la sierra de Albacete y norte de Jaén era roja.
Entrando en Úbeda estoy parado en un cruce consultando por dónde llegar al centro, un señor mayor que va en bici por la acera se para a mi altura, lo saludo y empieza a hablarme, no hace falta que le de conversación me suelta un monologo en el que hace apología del uso de la bicicleta y achaca el que llueve menos que antes al uso de los coches, cuando le contesto no atiende a razones y sigue con su monologo, es algo bastante típico en la gente de estas tierras creo, en Riopar me pasó lo mismo. Finalmente prácticamente le corto y me pongo en marcha de lo contrario aún estaría alli.
Mi idea es visitar Úbeda bicicleteando por las calles, es patrimonio de la humanidad y la verdad lo merece, a cada rincón aparece una plaza adornada con edificios señoriales y sus fachadas cargadas de historias. Por otro lado ahora entiendo la expresión irse por los cerros de Úbeda, y es que en frente la ciudad, con el valle del río Guadalquivir de por medio esta la sierra con sus diversas cadenas montañosas, que son como para perderse. He leído que el patrimonio de Úbeda representa la arquitectura del poder civil y privado mientras que Baeza está ligada al religioso, Andrés de Vandelvira fué el principal artifice de los edificios de ambas ciudades.
Por la tarde voy hasta Baeza, a 10 kilómetros, también es patrimonio de la humanidad, Baeza es más pueblo y tengo previsto visitarlo al día siguiente. En Baeza me alojo en una casa privada y enseguida encuentro la casa, que está junto a la plaza principal, mi host en Baeza se de antemano que no dispone de mucho tiempo para estar conmigo, pero a la hora de cenar salimos y tomamos algunas rondas con las que en cada consumición te sacan una tapa con la que ya casi cenas, pero siento que tengo que pedir algo más y me lanzo con una Rosca de jamón y tomate que cuando nos la sirven me doy cuenta que es de un tamaño desproporcionado. Por otro lado, cuando pides un mosto te lo sacan tinto, nunca había probado un mosto tinto y de ahí en adelante siempre pido mostos tintos.
Baeza está marcada por la escuela de Guardias civiles y suboficiales que hay en el pueblo, parece que hay una promoción de 1800 lo que para un pueblo como Baeza supone una invasión aun cuando están en régimen militar y apenas salen del cuartel.
Mi idea inicial era quedarme 2 noches en Baeza pero para pedalear luego hacia Córdoba parece que los próximos días viene lluvia y viento, mientras visito el pueblo por la mañana estoy pensando que hacer, la verdad es que no me veo 3 días en Baeza esperando a que mejore el tiempo, en una mañana ya he recorrido todo el pueblo, me siento en un bar y consulto de nuevo las previsiones metereologicas, miro que opciones hay para ir hasta Córdoba y para las 16 horas me subo en un bus, me pierdo la gran bajada que hay desde los cerros de Úbeda y Baeza, la bicicleta paga como yo en el bus, es un abuso y además me dice el conductor que debe ir embalada, yo le digo que he decidido hace 2 horas coger este bus y que yo me encargo de colocarla, la meto sin problemas y el conductor cierra el portón de mala gana. Viajar hasta Córdoba en bus por supuesto es cómodo, pero lo que ves a través del cristal es totalmente impersonal, no se oyen los sonidos, no huelo los olores, no siento la orografia en las piernas ni veo el ambiente de los pueblos que pasamos, viajando en bus o cualquier otro medio de transporte moderno ahorramos tiempo y ganamos confort, pero nos perdemos la esencia del viaje, lo que ocurre que a menudo somos esclavos del tiempo, como dicen los africanos, «los europeos tienen los relojes pero nosotros tenemos el tiempo»